lunes, 22 de noviembre de 2010

El vaso del alma

Buenas noches chicos. Callaos, entrad en armonía y empezad a leer. Creo que es importante este post.

Aveces la vida nos castiga y nos trata de enseñar que en algunos momentos tomamos los caminos equivocados y nosotros lo interpretamos como un simple mal, como un simple daño el cual no nos servirá para nada, el cual creemos que su único objetivo es menoscabar todos los actos buenos que hemos tenido, intentando echar por tierra todos los momentos entrañables que hemos vivido. Pero ahora pongámonos desde la otra perspectiva, pongamos a mirar la vida desde un cristal un tanto verde y translucido con el que podemos ver las cosas desde una cúspide que nos enseñará el alma de aquellos seres que tenemos alrededor. El alma puesta en aquellos momentos tan bellos, tan únicos y algunas veces por desgracia momentos aterradores los cuales desearíamos no haber vivido o por lo menos no de tal manera. Preferimos ahogarnos en una tormenta que sentarnos a meditar y reflexionar en cosas que realmente importan. Siempre se aprenderá más de las cosas malas que de las buenas, eso hemos escuchado siempre desde que hemos sido bastante jóvenes. Sin embargo si nos vamos a poner las gafas translucidas para mirarlo todo desde otra perspectiva, nos las vamos a poner para todo y absolutamente todo. De los momentos buenos, felices y entrañables son de los que uno más puede aprender, hablar con tu ya anciana abuela o con tu aún joven madre es algo que no tiene precio y que en realidad aún en los tiempos que corren no sabemos apreciar, esos son momentos únicos e irrepetibles y eso os lo puedo garantizar y demostrar yo cuantas veces sean necesario. No importa la familia que tengas, no importa que no tengas padres o hermanos, aveces la familia no viene unida por simples lazos de sangre que muchas veces llegan a no significar nada.

Cierto que es que cuando vivimos malos momentos, cuando nos sentimos perdidos o desubicados e incluso no entendemos el mundo que tenemos a nuestro alrededor , nos lo tomamos como una traición de la vida hacia  todo lo que ya hemos vivido, pero como ya dije antes, la adversidades el único fin que tienen es hacernos aprender cosas que no somos capaces de aprender sin sacarnos unas gotitas de sangre. Sangre o lagrimas, eso es lo de menos, aveces lloramos lagrimas de sangre y no somos capaces de darnos cuenta. He visto muchas veces llorar y he visto como ese espejo del alma que son los ojos se halla roto por un plateado cristal que precederá a una sinfonía de sentimientos que afloraran y darán un atisbo más de lo que será una madurez superior de la que ya tienes. Cuando uno se siente perdido y no es capaz de encontrar el camino lo ultimo que debe hacer es echarse a correr hasta llegar a un puerto cuanto antes, de eso no va la cosa, se trata de a que puerto llegues, muchas veces debido a ese miedo escénico que tenemos a equivocarnos vamos a parar a un puerto oscuro que carece de sentimientos y que lo único que encontramos en el es insipidez y poderes que quieren destruirnos y en vez de luchar contra ellos e intentar salir corriendo en cuanto antes y regresar a nuestro punto de partida, lo que hacemos es rendirnos a sus pies y sublevar hasta lo más intimo de nuestro ser y transformarlo en ese mal que precisamente juramos destruir, hasta que al final tarde o temprano te destruyas a ti mismo y tengas que reconstruir pedazo a pedazo todo aquello que un día conseguiste de una manera lógica y feliz, y ahora no son más que trozos que tienes que volver a sellar con tu propia alma. El problema es que aveces tardas tanto en darte cuenta de que te has equivocado de rumbo que hasta tu alma se halla marchita y sin fuerza para regenerarse y aún cuando estemos así tenemos que luchar, hacer frente a nuestros temores pasados y enfrentarlos en una batalla épica en la cual solo tú puedes sobrevivir, con tus virtudes o tus defectos pero solo tú puedes sobrevivir. Por que nunca es tarde. Y esa peques es la clave, sobrevivir. Pero sobrevivir con uno mismo, aprendiendo tanto de lo bueno como de lo malo, de lo bello y de lo infame, de lo inimaginable y de lo corrupto... Pero siempre aprendiendo. Nunca dejes de enseñarle al alma que siempre se podrá aprender más de lo que se sabe y que podrás ser siempre mejor de lo que ya eres. 

El alma es un vaso que sólo se llena con eternidad. 

¡Hasta otra peques!. Jo.