jueves, 7 de enero de 2010

¿TAUROMAQUIA O TAUROCRUELDAD?

Asistimos perplejos a la justificación de las más variadas barbaridades con argumentos que no son sino sofismas o falsedades. ¿Es síntoma de bajo nivel intelectual? ¿Algunos son tan descarados que ya ni se molestan en argumentar? No puedo responder a eso.

Sobre la tauromaquia dicen los defensores cosas como la siguiente: “nadie obliga a ir a los toros”. Parece un argumento pero no lo es. Por el hecho de que nadie esté obligado a presenciar una ejecución no por eso debe desentenderse del asunto o apoyar la práctica. Así la guerra, así la pena de muerte. Ya sé que una cosa es una animal y otra bien distinta una persona. Pero el argumento es el mismo. Por cierto que se utiliza también dicho argumento para defender prácticas harto tenebrosas entre los humanos: “a nadie se le obliga a…”. No es probable (ni lo querría hacer) que en el futuro pueda declararle la guerra a ningún país. Pero no por eso tengo que desentenderme de las guerras. Porque afecta a terceras personas o animales. Con planteamientos así tal vez existiría el circo romano todavía.

Efectivamente la tauromaquia implica un maltrato o tortura a un animal. Ahí veo yo su peor defensa. Jueguen pero no maltraten, se les podría decir a los amigos del toreo. Quiten la sangre y el maltrato de la diversión y ya está. Entonces no tiene gracia, dirán ellos. Es que gracia no la tiene ni ahora. Que le pregunten al toro.

Otra argucia es esa de decir que el animal, de todas formas, va a terminar en un matadero. Es cierto, pero cada vez las condiciones son más restrictivas con el fin de evitar el sufrimiento al animal. Son cosas diferentes; una cosa es que nos alimentemos de animales y otra bien diferente es que maltratemos a los animales. Como lo vas a terminar matando, - dirían ellos- ¿qué más da que nos divirtamos un poco? Y ahora digo yo, ¿qué sentido tiene torturar a un animal gratuitamente? ¿Volvemos al circo romano? ¿Vamos para atrás? Antropocentrismo de la peor especie.

Pero también desde el otro lado se puede caer en sofismas. Se dice como argumento contrario a la tauromaquia: el toro no está en igualdad de condiciones con el torero. Y digo yo ¿Y si lo estuviera? ¿Si unas veces muriera el torero y otras el toro ya sería un espectáculo signo del grado de civilización que se nos supone presenciar una cosa así? Vuelta al circo romano, pues.

Hay incontables espectáculos festivos en España que tienen por protagonista al toro (también a otros animales). O sea que la gente maltrata al toro por diversión. ¿Para sentirse alguien? ¿Dónde está la gracia de maltratar o ver maltratar o saber que se maltrata a un animal?.



Y por último, ¡cuidado! Conozco algunas personas muy defensoras de los toros y sin embargo no tienen ningún escrúpulo en aprobar la eliminación de inocentes en el vientre de sus madres. Ojo con los sofismas y con las contradicciones flagrantes. Cada cosa en su sitio. Una cosa no justifica la otra. Nada justifica nada. Y una “animalada” no se puede tapar con otra mayor o igual.